En mi corazón siempre hay esperanza. Mi corazón siempre piensa que las cosas son sencillas. Que la buena voluntad existe, que la bondad impera en todos ellos. Qué cosa tan rara es el corazón femenino, lleno de sueños, esperanza, y siempre necesitado en dar amor y recibirlo. Esta parte orgánica que requiere sentir calor, cariño, afecto, de eso vive, eso come, eso necesita. El corazón femenino tan fuerte y tan débil. Tan necesitado de protección y tan fuerte para proteger. Tan tímido y delicado y tan robusto cuando es necesario. Mi corazón me ha dado las mejores experiencias de mi vida, pero tan bien las más duras. A veces te extasía y a veces te derrumba. Mi corazón no se cansa de tener ilusiones aunque la vida se esmera en destruirlas, aniquilarlas, desaparecerlas, pero es tan necio, tan y tan necio que inmediatamente vuelve a tenerlas. No se cansa, no aprende, a pesar de que para no sentir dolor es mejor abstenerse de tener estas, pero mi corazón no aprende, no renuncia. ¿Será acaso masoquismo? o ¿es el ansia de amar, de dar, de sentirse amado?. Es tan difícil no hacerlo, es como si los pulmones se negaran a respirar, la vista a ver, la lengua a hablar, los oídos a escuchar. Mi corazón late y vuelve a latir, ¿duele?, pues vuelve a latir, ¿es gozo?, pues late y vuelve a latir, ¿es sin sabor?, ah, que parte tan tonta, vuelve a latir, ¿es dulzura, felicidad?, late y late, ¿es amargura, es fracaso, desaliento?, esta máquina de perpetuo movimiento vuelve a latir, no remite, no claudica, no se agota, no se detiene. ¡Oh!, si por un momento lo hiciera, qué fácil sería la vida, qué fácil sería transitar por esta realidad presente. Pero como es una parte que no se puede arrancar, se tiene que vivir con ella. ¡Corazón tonto!, ¿Qué no daría por no tenerte?, así no habría más batallas que librar, más temores que vencer, más angustias que acallar, más desamor que recibir, más incomprensión que beber, más soledad que vivir. Y, sin embargo, ¿Qué sería la vida sin ti?, fría, oscura, sin colores, toda gris, toda monótona. ¡Ay! corazón mío que le das sentido a mi historia de vida. ¡Ay! corazón mío, que me llevas al cielo y me haces tocar con mis manos el Trono de Dios y luego en un instante me haces descender al infierno para sentir sus llamas abrazadoras y calcinantes. ¿Cómo vivir sin ti?, si me das la fe, la esperanza, tan necesarias para los combates. Me das el amor, la dulzura, la ternura, para la convivencia con mis semejantes. Me das la fortaleza, la entereza, para afrontar los problemas y las pruebas. Me das el perdón, la caridad, la piedad, para tratar a los demás. Me das la honradez, la honestidad, la rectitud, la verdad, para gobernar mis días. Corazón mío que eres mi mayor verdugo, mi carcelero, mi látigo y capataz. Eres mi fuerza, mi dueño, mi aliento. Cuántas veces he amado y he recibido desprecio, burla, engaño y a pesar de la experiencia, vuelvo hacerlo. ¿Estupidez acaso?, ¿falta de inteligencia?, ¿tontería sistemática?. Bueno, la verdad no lo sé. Pero ese es el misterio del corazón de la mujer. Esa cosa tonta que nadie entiende, que nadie comprende. Sera acaso que no necesita ser entendido o comprendido, sino amado, y llenado de ternura. Cosa tonta que te desangras, y a pesar que necesitas del amor para vivir, sino lo tienes sigues viviendo. No mueres de inanición, hasta en esto eres necio, tozudo y testarudo.
Qué cosa tan grande es el corazón de una mujer. Pero que cosa tan ruin y baja puede ser tan bien. Si esta hecho de amor es compañero de vida, ama incondicionalmente, protege, anima, cuida, cela, da ternura, calor, consuelo. Si esta hecho de altivez, destruye, se venga, odia, busca causar daño, dolor, revancha y no olvida. Si esta hecho de amor, vive la pobreza, las penurias, las carencias, las enfermedades, vive y perdona los defectos, el mal humor del corazón compañero, su genio, su mal carácter y manías. Si esta hecho de vacío, solo busca placer, dinero, posición y utiliza todas las armas necesarias para alcanzar estos bajos objetivos. No resiste la pobreza, ni las carencias, no soporta el mar carácter, ni las manías del corazón compañero, sino que lleva cuenta de todas ellas para posteriormente apuñalar y saciar su ansia vengativa.
¡Oh corazón de mujer!, que has inspirado las más bellas obras de arte, los más apasionados libros románticos, que has sido musa, que has sido belleza, que iluminas las mentes y los corazones de los artistas, que das fuerza al tímido para atreverse a la conquista, que te vuelves objetivo de felicidad y de unión de vida para el caballero, para el hombre viril que en él quiere encontrar el sentido de su vida y formar un hogar y una familia.
¡Oh corazón de mujer!, que desatas las pasiones y los bajos instintos, que causas guerras, que para el corazón ruin que quiere poseerte trama el asesinato para así ser tu dueño codiciado fruto lleno de veneno. ¡Oh corazón de mujer que traicionas y estas lleno de lasciva y provocas los peores espantos. Estos son los lados opuestos, la némesis entre la luz y la oscuridad del corazón femenino.
¡Ay, corazón mio!. Necesito de ti, necesito que latas, necesito que sigas viviendo. Ya falta poco para el ocaso de mi vida, así que ayúdame a llegar a la meta, porque en este corazón mío, guardo la fe y la esperanza de unirlo al corazón de mi Creador para la eternidad.
Qué cosa tan grande es el corazón de una mujer. Pero que cosa tan ruin y baja puede ser tan bien. Si esta hecho de amor es compañero de vida, ama incondicionalmente, protege, anima, cuida, cela, da ternura, calor, consuelo. Si esta hecho de altivez, destruye, se venga, odia, busca causar daño, dolor, revancha y no olvida. Si esta hecho de amor, vive la pobreza, las penurias, las carencias, las enfermedades, vive y perdona los defectos, el mal humor del corazón compañero, su genio, su mal carácter y manías. Si esta hecho de vacío, solo busca placer, dinero, posición y utiliza todas las armas necesarias para alcanzar estos bajos objetivos. No resiste la pobreza, ni las carencias, no soporta el mar carácter, ni las manías del corazón compañero, sino que lleva cuenta de todas ellas para posteriormente apuñalar y saciar su ansia vengativa.
¡Oh corazón de mujer!, que has inspirado las más bellas obras de arte, los más apasionados libros románticos, que has sido musa, que has sido belleza, que iluminas las mentes y los corazones de los artistas, que das fuerza al tímido para atreverse a la conquista, que te vuelves objetivo de felicidad y de unión de vida para el caballero, para el hombre viril que en él quiere encontrar el sentido de su vida y formar un hogar y una familia.
¡Oh corazón de mujer!, que desatas las pasiones y los bajos instintos, que causas guerras, que para el corazón ruin que quiere poseerte trama el asesinato para así ser tu dueño codiciado fruto lleno de veneno. ¡Oh corazón de mujer que traicionas y estas lleno de lasciva y provocas los peores espantos. Estos son los lados opuestos, la némesis entre la luz y la oscuridad del corazón femenino.
¡Ay, corazón mio!. Necesito de ti, necesito que latas, necesito que sigas viviendo. Ya falta poco para el ocaso de mi vida, así que ayúdame a llegar a la meta, porque en este corazón mío, guardo la fe y la esperanza de unirlo al corazón de mi Creador para la eternidad.